Los profesionales del derecho piden que se adopten medidas para mejorar el funcionamiento
R. Ramos LA VOZ / LALÍN 7/2/2011
Los profesionales del derecho de la capital dezana advierten de la situación en la que se encuentra el Juzgado número 1 de Lalín y que sitúan al borde del colapso. Una situación que no es nueva. En el 2007 se achacaba los retrasos, especialmente en procedimientos civiles a la falta de personal. Subsanadas esas deficiencias el envío de personal de apoyo, en muchos casos con escasa experiencia, en los últimos años no parece haber ayudado nada a resolver los problemas de atascos.
Abogados, procuradores y usuarios expresan todos los días sus quejas. En los últimos días los profesionales del derecho mantuvieron alguna reunión con el objetivo de estudiar la presentación de alguna denuncia o protesta. Algunos son reacios a adoptar medidas después del poco éxito que tuvieron sus últimas quejas. En el 2009 abogados y procuradores denunciaron la situación a través de sus respectivos coolegios profesionales.
Unas denuncias que llegaron a los órganos judiciales más elevados y se tradujeron en inspecciones por parte del presidente de la Audiencia provincial de Pontevedra, la intervención del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia e incluso una inspección del Consejo General del Poder Judicial. Las reclamaciones fueron avaladas también por el Concello de Lalín que transmitió su protesta , acordada en un pleno.
Se anunciaron por aquel entonces la adopción de medidas . Abogados y procuradores de la zona coinciden en que esas medidas, dicen, no se vieron por ninguna parte y sostienen que en estos momentos la situación es peor que antes. Alguno apunta como única posible solución «que cierren el juzgado una temporada y manden a un juez o dos de apoyo y personal que ponga al día el juzgado». Se quejan de que los procesos se demoran indefinidamente, de la suspensión reiterada de asuntos y hablan de un funcionamiento caótico. Muchos profesionales de la zona expresaban estos días su desesperación en la tramitación de asuntos, muchos de ellos tan urgentes como una pensión alimenticia para un menor y cuya tramitación se demora en el tiempo más de medio año, por poner un ejemplo.
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